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El maiz y el tomate presentan un buen desarrollo viernes, 04 de julio de 2003
El maíz y el tomate para la industria conservera presentan, en general un buen desarrollo, aunque existen desigualdades. Así lo confirma el informe del Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación, correspondiente a la semana comprendida entre el 27 de junio y el 4 de julio actual.
En el caso del maíz, la desigualdad obedece más a la diversidad de ciclos y siembras que al propio cultivo, en el que se observan un encañado robusto y buena formación de nudos.
Existen plantaciones de tomate para la industria conservera, en las que se registran un retraso muy significativo y un desarrollo débil porque son parcelas reincidentes en el cultivo consecutivo de esta especie. En las plantaciones donde se aplican alternativas apropiadas de cultivos se observan unas matas con un buen cuajado y sano desarrollo de frutos.
Los cultivos de invernadero (tomate, pepino, acelga, calabacín y lechuga) se siguen recolectando normalmente, pero se vive una presión excesiva de los precios a la baja. Concretamente, en la lechuga no se llegan a cubrir el gasto de recogida, por lo que se ha llegado incluso a labrar algunos túneles por falta de rentabilidad.
Finalizada prácticamente la campaña de la cereza, entra en su apogeo la de los melocotones y las nectarinas. En los frutales de pepita han terminado los aclareos -escasos este año-, mientras que en la actualidad de aplican los tratamientos correspondientes.
Las altas temperaturas primaverales han afectado negativamente a la floración de los olivos, en los que se aprecia una merma importante en el cuajado de frutos.
Por otra parte, los arrozales de la Ribera Baja, sobre los que se están aplicando los abonos nitrogenados ofrecen un buen desarrollo, teniendo en cuenta que las altas temperaturas de las semanas pasadas tuvieron una incidencia positiva en un cultivo como éste, que es exigente en horas de iluminación y calor.
Hay que señalar también que continúa sin interrupción la recolección de cereales y leguminosas. Comienza la recolección de una deficiente cosecha de habas caballares (en torno a los 2.000 kilos /hectárea). Se observa, igualmente, una irregular y deficiente cosecha de guisantes proteaginosos, que generalmente no superan los 2.000 kilos /hectárea.
