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El Hospital Virgen del Camino organiza los días 6 y 7 el II Curso sobre aspectos clínicos del cáncer de pulmón

miércoles, 05 de noviembre de 2003

La Sección de Neumología del Hospital Virgen del Camino ha organizado, para los próximos 6 y 7 de noviembre, el II Curso sobre aspectos clínicos del Cáncer de Pulmón. Coordinado por los doctores Javier Hueto (Jefe de la Sección de Neumología) y Enrique Martínez (oncólogo del Hospital de Navarra), más de 120 médicos de todos los ámbitos asistenciales participarán en este curso que examinará los últimos avances diagnósticos y terapéuticos, y la actitud y decisiones que deben adoptarse en Atención Primaria para su prevención y diagnóstico.


Hospital Virgen del Camino.

Durante el curso se ha previsto, asimismo, presentar y analizar los datos recogidos por el Comité de cáncer de pulmón de Navarra sobre los casos intervenidos en los últimos años.

El cáncer de pulmón es uno de los escasos tumores malignos en los que es posible conocer el factor cancerígeno inductor e influir en su incidencia, por lo que no deja de sorprender a los especialistas que una enfermedad claramente evitable se haya convertido en una "epidemia letal". De hecho, se trata del cáncer más frecuente en hombres, en todo el mundo, y aunque la incidencia en mujeres es mucho menor, asciende notablemente durante los últimos años, como consecuencia del aumento del hábito tabáquico en esta población.

En Navarra, se producen 200 nuevos casos cada año de cáncer de pulmón en el hombre, lo que supone el 16% de todos los tumores cancerígenos exceptuando el cáncer de piel–no melanoma. En las mujeres la incidencia es significativamente más baja, detectándose entre 20 y 30 casos por año.


El consumo de cigarrillos es con gran diferencia el principal factor causal, de tal forma que en la actualidad más del 85% de los cánceres de pulmón se producen en fumadores o exfumadores. Esta asociación se describió por primera vez en la década de 1940, siendo confirmada posteriormente por numerosas evidencias epidemiológicas. En concreto, el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón está relacionado con el número de cigarrillos consumidos, la edad a la que se empezó a fumar y la duración del consumo. Globalmente, el riesgo de desarrollarlo es de 5 a 20 veces mayor entre los fumadores que entre los no fumadores.


En los exfumadores se detecta una evidente reducción del riesgo relativo de padecer la enfermedad después de cinco años de abstinencia, llegando a equipararse con el riesgo de un no fumador después de 15 o 20 años de abandono del hábito.


Respecto al tratamiento, los pacientes con cánceres que no manifiestan síntomas en el momento del diagnóstico, tienen un pronóstico significativamente mejor que el resto y pueden alcanzar porcentajes de supervivencia altos. En algunos estudios la radioterapia, antes o después de la cirugía, sola o asociada a quimioterapia, ha demostrado efectos beneficiosos.


Los especialistas insisten en la necesidad de enfatizar en la prevención primaria, con medidas que tiendan a evitar el comienzo del hábito en nuevas generaciones (prevención al inicio) y ayuden a dejarlo a los fumadores. Respecto a la prevención secundaria (detección en fase precoz), las nuevas técnicas de imagen como el TAC helicoidal, mucho más eficaz que la radiografía simple de tórax, la fotodinamia endoscópica en grupos de muy alto riesgo y los avances en los conocimientos génicos, hacen tener ciertas esperanzas.


Las perspectivas futuras son, sin embargo, pesimistas como consecuencia de la escasa disminución del hábito de fumar y del presumible incremento del mismo entre las mujeres. Si en 1990 ocupaba el décimo puesto entre las enfermedades con mayores tasas de mortalidad, la previsión para el año 2020 es que el cáncer de pulmón ascienda al puesto número 5, detrás de las enfermedades cardiacas, cerebrovasculares, infecciones respiratorias y enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Todos estos datos ponen de manifiesto el grave problema sanitario que representa este tumor.


Las funciones de Atención Primaria


En la prevención, diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad están implicados tanto facultativos de Atención Especializada como de Atención Primaria. El papel de estos últimos es fundamental en aspectos como la lucha sistemática contra el tabaco, la sospecha precoz (un alto índice de sospecha debe ser la pauta clínica habitual ante aquellos pacientes fumadores mayores de 40-45 años, que consulten por clínica respiratoria o sistémica no aclarada) y la atención a los pacientes en situación terminal, donde su actuación va a ser imprescindible para aliviar la sintomatología del enfermo y mejorar su calidad de vida.



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