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El consejero Corpas ha expuesto al alcalde de Legarda los criterios y el proceso seguidos en el yacimiento de El Mandalor
martes, 25 de noviembre de 2003El consejero de Cultura y Turismo, Juan Ramón Corpas Mauleón, ha recibido esta mañana en su despacho al alcalde de Legarda, Silvestre Belzunegui, para tratar diversas cuestiones relacionadas con el yacimiento de El Mandalor, aparecido con motivo de las obras de la Autovía del Camino.
Imagen de la reunión mantenida por los responsables de Cultura y Turismo con los representantes del Ayuntamiento de Legarda.
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En primer lugar, el responsable del Departamento ha pedido al alcalde de Legarda que comprenda que su obligación en estos temas es moverse en el ámbito de los juicios emitidos por los técnicos arqueólogos, del valor intrínseco de lo excavado y de las medidas que se proponen.
Durante la reunión, el consejero ha expuesto los criterios seguidos para valorar los hallazgos efectuados en el yacimiento. Así, en lo que se refiere al estado de conservación, ha señalado que el informe presentado por Navark considera dicho estado como "regular tirando a malo". Además, ha señalado que en la mayor parte de los casos los alzados no son tales, sino cimentaciones construidas para crear una plataforma nivelada sobre una ladera.
En cuanto a la abundancia o ausencia de este tipo de manifestaciones, el consejero de Cultura y Turismo ha recordado la gran abundancia de estas manifestaciones en Navarra, algunas excavadas y otras muchas sin intervenir. En este sentido, ha explicado que suman más de varios centenares las que se han documentado hasta la fecha a través del Inventario Arqueológico de Navarra. Así, en parte del término de Cirauqui se han identificado 24 yacimientos de época romana, la mayoría de los cuales deben corresponder a este tipo de hábitats rurales.
El consejero ha comunicado al alcalde de Legarda que El Mandalor reproduce de una forma limitada, dado su mal estado de conservación, un modelo de ocupación rural con una zona dedicada a la obtención de vino. Este modelo se ha documentado repetidamente en Navarra, en este caso sin alguno de sus elementos.
Según ha manifestado Juan Ramón Corpas, no existen elementos singulares en El Mandalor. Los que en su día pudieran existir de tipo inmueble y que debieron corresponder a la fase del siglo IV d.C., han sido destruidos por la roturación, y los elementos conservados revelan una construcción primigenia sencilla, en expresión de Navark. Respecto a los elementos muebles, como cerámica o metales, han sido pobres tanto considerándolos aisladamente como valorándolos en proporción a la superficie excavada, según ha expuesto el consejero.
En palabras del responsable del Departamento de Cultura y Turismo, un yacimiento no es sólo un conjunto de restos y ni siquiera esos restos son lo más importante de él, sino que, desde el punto de vista técnico, lo sustancial y lo que debe salvaguardarse a toda costa es la información sobre el pasado que esos restos transmiten, los hechos que explican, lo que permite hacer historia, por lo que cualquier yacimiento arqueológico, independientemente de otras consideraciones, debe ser excavado y registrado con el máximo rigor.
Proceso de intervención
Así, en el caso de El Mandalor el proceso de intervención ha tenido los siguientes pasos: prospección arqueológica previa, seguimiento arqueológico, realización de sondeos estratigráficos, excavación arqueológica, y levantamiento controlado y traslado de restos.
El consejero ha recordado que el principal agente destructor de los yacimientos no son las obras públicas, sino las continuas acciones de laboreo y expolio, entendido como acopio de materia prima, que durante siglos ha sufrido el lugar. Por eso, entiende que, recuperada toda la información y conservado aquello que resulta arqueológicamente significativo, la memoria de la historia no se pierde, ya que con todo lo obtenido, y cuando se complete finalmente el estudio arqueológico, se tendrá una historia que contar, algo que, según el consejero, sólo la Autovía del Camino ha permitido; de no haber sido así, este yacimiento habría terminado por pasar a una categoría segunda o tercera en pocos años y se habrían perdido la información, el contexto o las estructuras.
Finalmente, el consejero Corpas ha informado de que, a juicio de los técnicos, los restos que se piensa trasladar de El Mandalor, en consideración a la demanda del Ayuntamiento más que por su valor intrínseco, ejemplifican la parte sustancial conservada del proceso de elaboración del vino en la época romana, como son el prensado de la uva y la recogida del mosto, ya que los correspondientes a la fermentación se conservan en un estado muy deficiente y otras fases relacionadas con el tratamiento del vino no han dejado ningún rastro.
