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Sucesos jueves, 22 de enero de 2004
El incendio, anoche, de una casa en el casco urbano de Zalba (Lizoáin), es la atención más destacable de cuantas han prestado en las últimas horas, hasta este mediodía, los servicios dependientes de la Dirección General de Interior.
Un retén de bomberos continúa vigilando este mediodía el incendio de una casa de Zalba, destruida en su mayor parte
Un retén del Consorcio de Bomberos de Navarra permenecía aún este mediodía en el pueblo de Zalba (Lizoáin), vigilando el incendio que ayer noche, sobre las 22,15 horas, se declaró en la casa de Javier Huarte Ibarrola, ubicada en el casco urbano, y que no fue totalmente controlado hasta siete horas más tarde.
El fuego, que, al parecer, comenzó en una de las habitaciones de la casa (ubicada en la segunda planta) por causas que se investigan, se propagó rápidamente al tejado, en primer lugar, y a continuación al resto de las dependencias, al tratarse de una construcción de madera muy antigua.
Para la extinción del mismo, en la que participaron también voluntarios de Aoiz, se desplazaron hasta Zalba un total de 24 bomberos con ocho vehículos (bombas rurales, camiones cisterna, escalas y otros). El elevado número de dotaciones de bomberos desplazado a Zalba se debió a la falta de agua suficiente para las labores de extinción, por lo que hubo que transportarla desde el cercano río Erro, lo que supuso una labor añadida importante para los bomberos. También colaboró en la atención de este incidente la Guardia Civil.
Las labores de extinción, que se han prolongado hasta casi las cinco de esta madrugada, se centraron en evitar que el fuego se propagara tanto a nuevas dependencias del propio edificio en llamas como a los edificios colindantes. También hubo que dar aviso a la compañía de suministro eléctrico, para que lo cortara y no se agravaran aún más los daños al edificio.
En todo caso, la casa incendiada ha quedado prácticamente calcinada en su altura superior y tejado, mientras que los daños en la planta primera no son generales, pero sí importantes.
No hubo que lamentar daños personales en las personas que en ese momento habitaban la vivienda, que tras lo sucedido, han sido acogidos por familiares que viven también en Zalba.
