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Publicado el libro "La colección de útiles de acuñación del Museo de Navarra"
jueves, 04 de marzo de 2004El Departamento de Cultura y Turismo-Institución Príncipe de Viana ha publicado el libro titulado "La colección de útiles de acuñación del Museo de Navarra", del que son autores, Miguel Ibáñez Artica, Mª Inés Tabar Sarrías, Alicia Irurzun Santa Quiteria, Mª Dolores Ibáñez San Millán y Julio Torres Lázaro. El volumen es un catálogo ilustrado de los 369 cuños de moneda utilizados en la ceca de Pamplona durante 325 años, entre los siglos XVI y XIX.
Portada del libro.
La colección de útiles de acuñación recogida en esta publicación incluye una prensa de volante y una cospelera. La primera, con un peso de una tonelada, es una de las máquinas más espectaculares que se conservan en su clase. En cuanto a la cospelera o máquina para fabricar cospeles (discos metálicos donde se hacía la acuñación), es posiblemente el único ejemplar de este tipo de instrumentos conservado en el mundo. Los cuños se conservaron inicialmente en el Archivo de la Diputación de Navarra, después se guardaron en la Cámara de Comptos, y por último pasaron a formar parte de los fondos del Museo de Navarra.
Este libro publicado por el Departamento de Cultura y Turismo es un desarrollo del trabajo realizado por los técnicos del Museo de Navarra durante 2001 para la exposición pública de una parte de sus excepcionales fondos de numismática, que incluyen 20.000 piezas. El interés del publico por aquella exposición y el valor de los fondos aconsejó que la documentación fuera recogida en publicaciones especializadas, como este libro, que hoy ha presentado en la sede del Museo de Navarra la directora general del Patrimonio Histórico, Camino Paredes Giraldo.
El libro es un volumen de cuatrocientas páginas en el que se ofrecen fotografías ampliadas y fichas técnicas (peso, medida y leyenda inscrita) de los 369 cuños utilizados para acuñar moneda en el Reino de Navarra desde el reinado de Fernando el Católico (1512) hasta el de Isabel II (1837). La información que se aporta incluye también la imagen invertida del cuño, a escala 1:1, de modo que el lector puede apreciar el aspecto de la moneda acuñada con él.
Los cuños conservados en el Museo de Navarra y recogidos en este libro apenas si representan el 1% de los que se emplearon en este periodo de tres siglos para fabricar moneda navarra. En muchos casos, para evitar falsificaciones, sólo se conservó el cuño de una de las dos caras; en la mayoría de los casos, el troquel del reverso. Las series de monedas también están desigualmente representadas, aunque existen cuños de todos los monarcas que ostentaron el título de rey de Navarra desde Fernando el Católico (excepto del Luis I, de efímero reinado). Las emisiones mejor representadas en esta colección son los maravedíes de Felipe IV (VI de Navarra) con 73 cuños; los de Carlos II (V de Navarra), con 65 cuños, y los de Fernando VI (II de Navarra), con 34 cuños.
Lo que cuentan las monedas
En algunos casos, el estado de conservación de las piezas ha exigido aplicar programas informáticos especiales de contraste de imágenes para extraer la información contenida en los cuños. En otros casos más ha sido preciso aplicar análisis de microscopía electrónica y difracción de rayos X para obtener información sobre su composición metálica y de la presión a que han sido sometidos. Esta técnica ha sido especialmente aplicada a los cuños de finales del siglo XVII, hechos con un hierro muy maleable, lo que ha ocasionado deformaciones en las piezas.
El análisis de los cuños ha permitido discernir también los que se utilizaron con una técnica de martillo y los que, a partir del XIX, fueron empleados en la acuñación mediante la prensa de volante. También es posible distinguir los que fueron empleados para acuñar anversos, llamados "pilas" por su forma tronco-cónica o tronco-piramidal, y los que utilizaron para acuñar reversos, de forma cilíndrica y llamados "troqueles". No en todas las épocas, sin embargo, es posible distinguir con precisión el anverso del reverso de la moneda.
Otro de los datos descubiertos por los investigadores es que, en ciertos periodos, los acuñadores trabajaban a destajo. La documentación conservada en el Archivo General de Navarra ha permitido saber que en el reinado de Felipe V (VII de Navarra) se fabricaban 40.000 monedas con un cuño del anverso y trece mil con el troquel del reverso, lo que obligaba a cada trabajador a acuñar una moneda cada cuatro segundos, en jornadas de doce horas, para obtener un jornal de cuatro maravedíes. Este ritmo de trabajo repercutía en la calidad de las monedas de cobre de la época, que muestran numerosos defectos de acuñación. Los cuños, a su vez, duraban entre uno y tres días antes de ser repuestos por otros nuevos. Un problema similar se detecta en unas monedas cuadradas de medio maravedí que se emitieron en 1831 y que se acuñaron de cuatro en cuatro con el mismo cuño, también por urgencia en la fabricación, con el resultado de que fueron mal recortadas y las ciento cincuenta mil piezas no llegaron a ponerse en circulación y hubo de repetirse la emisión, esta vez con cuños individualizados.
