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La consejera Kutz acude en Tudela a la presentación y evaluación de la Unidad de Ictus para Navarra

viernes, 13 de mayo de 2005

La consejera de Salud, María Kutz Peironcely, ha comparecido en rueda de prensa acompañada por el director gerente del Hospital de Navarra, Antonio Merino, y el Jefe de Sección de Neurología, Dr. Jaime Gállego, quien ha presentado y evaluado, en el Hospital Reina Sofía de Tudela, la nueva Unidad de Ictus, puesta en marcha en el Hospital de Navarra el pasado 15 de febrero.


El ictus representa en los países desarrollados uno de los condicionantes más importantes de ingreso hospitalario, de incapacidad permanente y de muerte. En España, la dimensión epidemiológica y repercusiones del ictus son alarmantes, ya que constituye la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en varones, pudiendo calificarse de "verdadera epidemia" que muy probablemente aumentará teniendo en cuenta el progresivo envejecimiento de las poblaciones. Asimismo, el ictus es la primera causa de discapacidad grave (hasta un 90% de los pacientes sufre secuelas, que en el 30% de los casos inhabilitará al individuo para realizar las actividades cotidianas) y la segunda causa de demencia, tras la enfermedad de Alzheimer. Estas son algunas de las razones por las que es necesario implementar las medidas generales de prevención primaria sobre la población, disponer de una organización adecuada para la atención especializadea y urgente del paciente con ictus que se debe complementar con actitudes terapéuticas enérgicas en aquellos pacientes que ya han sufrido algún evento, y que constituye la prevención secundaria. El médico de Atención Primaria es una pieza clave en toda esta organización


Las predicciones para los años venideros advierten un incremento en la expectativa de vida de la mujer que será de aproximadamente 90 años, y algo inferior en el hombre. La reducción de la mortalidad en las últimas décadas, lograda en parte por el control más adecuado de los factores de riesgo y por la aplicación de medidas terapeuticas más eficaces puede condicionar un mayor número de pacientes con discapacidad neurológica secundaria al ictus y por tanto un notable incremento del gasto tanto para los propios enfermos como para la sociedad (1-7). La puesta en marcha de medidas preventivas sin duda puede mostrar al cabo de años resultados muy esperanzadores, tal como refleja un reciente estudio poblacional (8). Según las previsiones de la OMS, en el 2050 la población española mayor de 65 años será de un 46%, es decir casi la mitad de los cuidadanos españoles tendrá un riesgo considerable de sufrir un ictus. Al analizar los registros de patología vascular cerebral de nuestro entorno podemos observar como cerca del 25% de los pacientes que ingresan por un ictus agudo en un medio hospitalario tienen > 80 años.Este grave problema sanitario puede comenzar a controlarse si se recuerda e insiste en todos los medios sociales que el ICTUS es una urgencia médica tratable y una catástrofe evitable.


Las sociedades neurológicas europeas han reiterado con insistencia la importancia que tiene abordar el problema del cuidado del ICTUS agudo a través del consenso y mediante la puesta en marcha de programas de formación. Finalmente debemos insistir en que la atención especializada y precoz del ictus contribuye a reducir la mortalidad, disfunción residual o grado de incapacidad y la estancia hospitalaria. Esto se consigue con la Unidades de Ictus, a las que podrían tener acceso la mayoría de los pacientes con ictus agudo. Es de gran importancia recordar e insistir que el tratamiento con rtPA por vía intravenosa en la fase aguda es el primer fármaco que ha demostrado una notable eficacia en el tratamiento de pacientes seleccionados con ictus isquémico agudo ( 9-11). Su uso se ha aprobado dentro de las tres primeras horas en pacientes debidamente seleccionados. Pero su indicación debe provenir de una minuciosa evaluación individual que permita conocer la fisiopatología y sustrato patológico parenquimatoso y vascular antes de iniciar el tratamiento. Si todo ello se hace bien, practicamente el 50% de los pacientes tratados con rt-PA intravenoso pueden estar asintomáticos o al menos independientes, con un riesgo muy controlado. Por el contrario, si la selección y el proceso asistencial no es adecuado, el beneficio del tratamiento desaparece y las complicaciones son graves (12-14). La prevención primaria, atención urgente protocolizada y especializada y la adecuada implantación de las medidas de prevención secundaria no será posible si no se realiza en un ambiente de colaboración entre ciudadanos, administración y los diferentes servicios médicos ( 15,16 ).


El ictus es una emergencia médica que precisa una evaluación urgente en un medio hospitalario debidamente preparado. Es necesario evitar los retrasos en el tratamiento en gran parte debidos todavía al desconocimiento de la magnitud del problema por la familia o el propio paciente ( 45 ). La existencia del nihilismo terapéutico que persiste dentro de algunos sectores del ámbito médico, es todavía más extendido en la población general. No debemos olvidar que existen otros factores que explican el retraso en la llegada al hospital: edad avanzada, situación familiar de soledad, residencia rural, inicio durante el sueño, etc. Se impone un compromiso en la educación de la población (medidas de prevención y conocimiento de los síntomas de alarma). El mensaje más importante es que el paciente debe ser trasladado lo más urgentemente posible a un centro hospitalario. Hoy disponemos de la posibilidad de emplear el tratamiento trombolítico endovenoso dentro de las tres primeras horas.


Es importante contar con la adecuada preparación de los equipos paramédicos. Es necesario el reconocimiento precoz y la necesidad de hospitalización urgente salvo en circunstancias especiales. La implantación de un Código Ictus (notificación y traslado urgente del paciente) permite la reducción del tiempo de llegada al hospital y agilizar la puesta en marcha de los procesos diagnósticos y terapéuticos en el paciente con ictus. El coste del equipo de ictus (formación-funcionamiento) es bastante modesto y mucho más cuando se tiene en cuenta el coste de hospitalización de los pacientes con enfermedad vascular cerebral. La eficacia de las campañas de educación sanitaria de la población está demostrada tanto en la aplicación de las medidas de prevención primaria o secundaria como en la importancia de una evaluación urgente y especializada del ictus. El Código Ictus facilita la coordinación intrahospitalaria del equipo de ictus. Permite reducir el tiempo de llegada al hospital y agiliza la puesta en marcha de los procesos diagnósticos y terapéuticos en el paciente con ICTUS ( 46-49 ) ( Tabla 4 y 5 ).


Es importante resaltar que el Ataque Isquémico Transitorio (AIT) es una entidad frecuente en la enfermedad cerebrovascular cuyo interés clínico fundamental está en constituir un síntoma de alarma y un predictor de infarto cerebral. El término AIT fue consensuado en 1965 para hacer una distinción en el perfil temporal de la sintomatología isquémica cerebral. La duración de 24 horas fue arbitrariamente elegida ya que la gran mayoría de los AIT tienen una duración inferior a los 60 minutos,(de 2 a 15 minutos). Estudios con técnicas de neuroimagen mediante RM de difusión han puesto de de manifiesto la presencia de un infarto cerebral en más de una cuarta parte de los pacientes con AIT. Existe una nueva propuesta de AIT: como episodio breve de disfunción neurológica por isquemia cerebral focal o retiniana con síntomas clínicos de duración inferior a una hora y sin evidencia de infarto agudo en la neuroimagen. Los pacientes afectados por un AIT constituyen un grupo con un riesgo incrementado de ictus y otros eventos vasculares graves. La tasa de mortalidad en los 5 primeros años, para los pacientes que han presentado un AIT, se sitúa entre el 7.2% y el 8.9%; siendo la cardiopatía isquémica y los infartos cerebrales la causa del 80% de las muertes.Un estudio reciente observó un riesgo de ictus del 10,5% a los 90 días destacando que la mitad de las isquemias cerebrales aparecían en los 2 días siguientes al AIT ( 50 ).


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