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Derogado el Decreto Foral por el que se reordenaba la Formación Profesional Ocupacional o Continua en Navarra
lunes, 17 de octubre de 2005El Gobierno de Navarra ha aprobado un Decreto Foral por el que se deroga el Decreto Foral 31/1995, de 13 de febrero, por el que se reordena la Formación Profesional Ocupacional o Continua en la Comunidad Foral, al haberse modificado las circunstancias que dieron origen a su elaboración.
El Decreto Foral 31/1995, de 1995, por el que se reordenaba la Formación Profesional Ocupacional o Continua en Navarra, tenía por objeto la capacitación para la inserción laboral de quienes carecieran de formación profesional específica o para la reinserción laboral de aquellos cuya cualificación profesional resulta insuficiente, así como para la recalificación profesional motivada por la aparición de nuevas tecnologías o necesidades de reconversión.
Dicho Decreto se dictó para adaptarse a las modificaciones efectuadas por la Unión Europea en el Fondo Social Europeo, a las previsiones contenidas en el Real Decreto 631/1993, de 3 de mayo, por el que se regula el Plan Nacional de Formación e Inserción Profesional, y a la estructura orgánica de los entonces Departamentos de Educación y Cultura, y de Industria, Turismo, Comercio y Trabajo, así como para introducir novedades resultantes de la experiencia en la aplicación del Decreto Foral 89/1993, de 8 de marzo, por el que se creaba el Plan de Formación Profesional Continua en la Comunidad Foral de Navarra.
Durante el tiempo transcurrido desde la entrada en vigor del Decreto Foral 31/1995, se ha producido el traspaso a la Administración de la Comunidad Foral de las funciones y servicios del Instituto Nacional de Empleo en materia de Formación Ocupacional. Igualmente, se ha creado el Instituto Navarro de Empleo. Por último, el marco en el que se dictó el citado Decreto Foral era el correspondiente a las previsiones del Fondo Social Europeo para el periodo 1994-1996, y las mismas se han modificado para el periodo 2000-2006, lo que ha redundado, además, en un cambio de los Reglamentos aplicables al mismo.
De todo ello se deduce que las circunstancias que motivaron la elaboración y aprobación del Decreto Foral 31/1995 han desaparecido en gran medida, lo que hace aconsejable su derogación.
