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Inaugurada en Javier la exposición "Jacques Lipchitz, encuentros de culturas"
lunes, 29 de mayo de 2006El consejero de Cultura, Juan Ramón Corpas Mauleón, el director general de Cooperación y Comunicación Cultural del Ministerio de Cultura, Carlos Alberdi, y el comisario de la muestra, Kosme de Barañano, han inaugurado esta mañana en la explanada del castillo de Javier la exposición "Jacques Lipchitz, encuentros de culturas", dedicada a uno de los escultores más destacados de la vanguardia europea del siglo XX.
Un momento de la inauguración de la exposición. Junto al consejero Corpas (dcha), Hanno Mott (hijo del artista).
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La muestra consta de doce esculturas monumentales: "Jacob y el Ángel", "David y Goliat", "Hacia un mundo nuevo", "Regreso del niño", "Milagro II", "Madre e hijo", "Nacimiento de las Musas", "Lección de un Desastre", "Belerofonte somete a Pegaso", "Gobierno del pueblo", "Agar en el desierto" y "El último abrazo". Las obras, procedentes de Suiza, han sido cedidas por la Fundación Jacques & Yulla Lipchitz presidida por Hanno Mott (hijo del artista).
La exposición, que se podrá visitar desde hoy y hasta el 24 de septiembre, cuenta con un presupuesto de 225.000 euros, de los cuales 60.000 euros han sido aportados por la Dirección General de Cooperación y Comunicación Cultural del Ministerio de Cultura.
Esta exposición, que podrá ser disfrutada por todos los visitantes a Javier durante este verano, se enmarca dentro de los actos programados con motivo del Vº Centenario de San Francisco Javier, y se suma a la actualmente en exhibición 'San Francisco Javier en las Artes' y a la exposición 'El Crisantemo y la Espada', que tuvo lugar en el Museo de Navarra en marzo y abril.
Nacido en Lituania en 1801 y fallecido en Capri (Italia), en 1973, Jacques Lipchitz es un artista clave en el movimiento cubista y por tanto en el panorama artístico de la vanguardia de principios del siglo XX, al igual que Pablo Picasso, Juan Gris o Julio González. Todos ellos coincidieron en París, y en 1914 Lipchitz conoce a Picasso a través de Diego de Rivera, y un año más tarde a Juan Gris. Su primera obra cubista, "Marinero con guitarra", es de 1914. En 1916 conoce a Henri Laurens, con el que formulará las bases del vocabulario cubista en la escultura.
Obligado a emigrar de Lituania a Francia, y de aquí a Estados Unidos, Lipchitz llevó siempre consigo sus ideas y su talento. En las afueras de París tuvo un estudio diseñado y construido por Le Corbusier, y años más tarde, en Hastings, a orillas del Hudson, en las afueras de Nueva York, construido por M. Lowentisch en 1952. Su obra no sólo habla de exilios, sino también de las desgracias (a mediados de los 50 ardió su estudio de Nueva York), y, sobre todo, de las recuperaciones del ser humano, con referencias tanto a la mitología griega como al Antiguo Testamento.
Viajero infatigable, hay en la vida de Lipchitz un deseo de trascender fronteras con su arte, una universalidad añorada y deseada, que expresa con temas judíos, cristianos o de la mitología griega, en diálogo con las vivencias actuales.
Documentación:
