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Editado un libro sobre la obra arquitectónica de Fernando Redón, ganador del Premio Príncipe de Viana en 2004

jueves, 26 de octubre de 2006

El Gobierno de Navarra ha editado el libro “Fernando Redón Huici, arquitecto”, un resumen de la tesis doctoral de Luis Manuel Fernández Salido sobre la vida y obra de este pamplonés, que en 2004 fue galardonado con el Premio Príncipe de Viana de la Cultura.


Libro sobre Fernando Redón

Portada de la publicación.

A su regreso a Pamplona tras titularse en Madrid en 1957, Fernando Redón construye las primeras obras netamente modernas de la posguerra en Álava y Navarra: en Vitoria la Casa Aranzábal (1957), y en Pamplona la Casa Huarte (1959) y el Edificio de las Hiedras (1961), tres edificios pioneros de la arquitectura contemporánea en esas ciudades.

Durante la primera mitad de los 60 Redón formó equipo con el arquitecto pamplonés Javier Guibert, con el que construyó edificios como las Torres de Huarte o la Torre de Erroz, así como el Club Klinker de Olazti/Olazagutía o el Club de Golf de Ultzama. A partir de 1966, de nuevo en solitario, concibe edificios de lecturas cada vez más sofisticadas, como el convento de San Pedro, la clínica Ubarmin o un gran número de viviendas unifamiliares y de locales comerciales. En estas propuestas, además, Redón se mostrará sensible a la evolución de las aspiraciones disciplinares de ese periodo. Compartiendo las inquietudes de muchos de los arquitectos de su tiempo, en esos años Redón defenderá la complejidad y la riqueza de la disciplina, frente al lenguaje puritano de la arquitectura moderna ortodoxa, según señalan los expertos.

Su obra, siempre concebida desde su ciudad, supuso el arranque de las profundas transformaciones que tanto Pamplona como Navarra han experimentado, en términos de cultura arquitectónica, en la segunda mitad del siglo XX.

En opinión de los estudiosos, sus edificios, ya sean viviendas unifamiliares o colectivas, clubes sociales o locales de negocio, son un ejemplo de cómo la nueva arquitectura se puede reencontrar con los valores domésticos y de pertenencia a un lugar.

En 1992, Fernando Redón representó a Navarra en la Exposición Universal de Sevilla a través de dos de sus emblemas, sus casas populares y sus bosques, una propuesta con la que el arquitecto pamplonés cierra el círculo que desde sus inicios describe en torno a la forma arquetípica del habitar. Por su labor al frente del Pabellón de Navarra, del que además fue director durante la feria, le fue concedida la Cruz de Merito Civil.

Por otra parte, en paralelo a su trayectoria profesional, Fernando Redón ha desempeñado un relevante papel como representante del mundo de la cultura: en 1979 fue consejero del Ministerio de Cultura en Navarra; entre 1980 y 1983 fue director de la Institución Príncipe de Viana, cargo desde el que puso en marcha los Festivales de Olite, y desde 1997 hasta 2006 ha sido presidente del Consejo Social de la Universidad Pública de Navarra. También ha desarrollado su labor docente como profesor de Proyectos en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra y en la Escuela de Artes y Oficios de Pamplona. Como dibujante, pintor y fotógrafo ha cosechado diversos éxitos y galardones, como el Premio Mundial de Fotografía Nikon, en 1979. Además ha sido comisario y diseñador de numerosas exposiciones sobre el patrimonio artístico de Navarra, y ha colaborado en la edición de un buen número de publicaciones sobre el arte y la naturaleza de la Comunidad Foral.

Por la intensidad y la calidad de su trayectoria, el Gobierno de Navarra le concedió en 2004 el Premio Príncipe de Viana de la Cultura.

Como conclusión, el autor de este trabajo subraya que Redón “traza un itinerario entre el realismo profesional, el idealismo moderno y la expresión de la forma: la riqueza de su arquitectura, en buena parte, nace de ese trinomio, De ahí, también, el carácter singular de ésta, siempre abierto y permeable y, al tiempo, enormemente coherente, pues no nace de una posición formal única, sino de una determinada actitud. Con ella, impulsado por el sentimiento de la época, propone una lectura confortable de la modernidad, a través de una doble mirada dirigida a la eficacia en el funcionamiento y a la amabilidad de los recintos. Una lectura elaborada, además, desde una sensibilidad especialmente receptiva hacia la tierra, consciente de que la arquitectura interpreta y reordena su entorno, el paisaje y su cultura”.

El autor

Arquitecto por la Universidad de Navarra en 1996, Luis Manuel Fernández Salido se graduó con el Premio Extraordinario Fin de Carrera. Desde entonces ha ejercido la docencia como profesor en el Departamento de Proyectos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra, labor que ha compaginado con la investigación en el campo de la arquitectura española contemporánea y con el ejercicio de la profesión. Varios de sus trabajos en estos ámbitos han sido recogidos por publicaciones especializadas, como el 2º premio ganado en el Concurso Nacional para la Ampliación del Museo de Bellas Artes de Bilbao (1997). En junio de 2002 obtiene el título de Doctor Arquitecto con una tesis sobre el arquitecto Fernando Redón Huici, origen de la presente publicación. Poco después se incorpora como profesor asociado al Departamento de Proyectos de la Escuela de Arquitectura de la UN, al tiempo que continúa su ejercicio profesional.


Gobierno de Navarra

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