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Jesús Hernández: “El estado del bienestar no ha respondido a las expectativas y la sociedad se está refugiando en el individualismo” martes, 12 de diciembre de 2006
El profesor de la Universidad Pública de Navarra y doctor en Ciencias de la Familia
Jesús Sánchez (izda), junto a Víctor Manuel Arbeloa.
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“El actual estado del bienestar no ha respondido a las expectativas que requieren las familias y la sociedad se está refugiando en el individualismo. De hecho, el estado del bienestar ofrece dudas de que disponga de voluntad y de recursos necesarios para hacer frente a la estabilidad, seguridad, apoyo moral y técnico y descanso que requieren las familias”. Así comenzó su ponencia Jesús Hernández Aristu, profesor de la Universidad Pública de Navarra y doctor en Ciencias de la Educación, durante su intervención en el ciclo de conferencias diseñado por la Fundación Arte Viva y que forma parte del proyecto educativo de la exposición “Navarra: un futuro entre todos”.
Jesús Hernández habló sobre ‘La Familia y los Jóvenes en Navarra’ y señaló que el “término familia se puede definir de manera muy diversa. Hasta hace unos años, y desde el punto de vista social, la familia era una institución social que daba estabilidad económica, emocional e identidad a sus miembros. Sin embargo, actualmente apenas puede cumplir ya con esas funciones debido a varios factores, entre ellos la salida de la mujer al mercado laboral”.
Según el profesor de la Universidad Pública de Navarra, en la Comunidad Foral la familia ha pasado por varias etapas: “La familia en nuestra comunidad descansa todavía sobre los hombros de unas generaciones que han conocido, generado y soportado al mismo tiempo en los últimos cuatro decenios varias transiciones: la de una sociedad semi-rural a la sociedad industrial; de la dictadura a la democracia; y, en los últimos años, de la era industrial a la era de la información, de la tecnología y de la globalización”.
El ponente afirmó durante su exposición que los problemas que surgen en una familia “no sólo pueden ser resueltos por ella misma o por la sociedad en general, sino que necesitan la ayuda del estado del bienestar”, y añadió que el estado del bienestar ofrece dudas de que disponga de voluntad y de recursos necesarios para hacer frente a tres cosas: “La primera son los retos de estabilidad, seguridad y sosiego necesarios para un planteamiento de futuro, a medio y largo plazo, en el caso de los jóvenes. La segunda son las demandas de apoyo moral y técnico, en el caso de las familias, que deben atender a niños, jóvenes y personas mayores de su entorno. Y, por último, las necesidades de descanso, de tiempo para sí y cultivo de sus personas de los propios cuidadores padres y madres, familiares o vecinos/as”.
La sociedad actual, ante tales problemas, se esta refugiando en el individualismo. “La individualización es una manera de entender la vida en la que los valores son plurales, a veces compartidos y a veces no, las tradiciones no son necesariamente pauta de comportamientos en la vida de los individuos. Los roles sociales no están ya predeterminados y, de alguna manera, se impone la flexibilidad de las identidades y de las formas de vida. Sin embargo hay cuestiones que exigen planificación a medio y a largo plazo como la vida profesional, las relaciones de pareja y la creación de una familia”, añadió el doctor navarro de Ciencias de la Educación.
Para conseguir resolver todos estos problemas hace falta “una reflexión colectiva, libre de trabas y coerciones, y un diálogo abierto en el que la divergencia no sea una amenaza. En este diálogo, referido a familias y jóvenes, hay que abarcar tres puntos fundamentales: el primero cómo gestionar la libertad. La libertad es un gran valor que se centra en la capacidad individual de asumir obligaciones y responsabilidades para sí mismo pero esta vinculada a los demás porque no estamos solos. Hay que aprender a convivir con el resto”, argumentó el ponente.
La creación de nuevas solidaridades ocupa el segundo puesto. “Los periodos de transición, que se repiten reversiblemente en la vida de los jóvenes, son necesarios momentos o puntos de apoyo, tanto económicos como emocionales. Con ellos se ayudaría a los jóvenes en situaciones de espera, de formación o de reciclaje, contar con una fuente de ingresos que les facilite afrontar un proyecto de vida ininterrumpido. Los fondos sólo pueden venir de las arcas que otros van llenando, sean entidades financieras, consorcios, o personas físicas, y ello en colaboración con las administraciones públicas”, prosiguió Jesús Hernández.
Y, en tercer lugar, el acompañamiento, sobre todo a los jóvenes, en el “surgimiento de una nueva conciencia en la humanidad es fundamental para que nuestros jóvenes no padezcan miedo ni ansiedad ante situaciones que, para ellos son muy difíciles de llevar. Por ello, muchos de ellos han comenzado a consumir drogas”, explicó el profesor.
Para finalizar, y como conclusión, Jesús Hernández habló del futuro de Navarra en este aspecto:”El futuro ha sido siempre una tentativa, si no ya una tentación constante del género humano pero, por inexistente, no se deja desentrañar, ni predecir, ni dominar por los humanos. Él nos depara siempre sorpresas, pero al mismo tiempo se impone la sensación de que el cesto del fututo está ya, de alguna manera, en los mimbres de la actualidad, mimbres que por otra parte son una invitación a ponerse a trenzar. En el caso de Navarra, resulta esperanzador y prometedor aunque no nos podemos dejar llevar por los mecanismos del individualismo”.
El ciclo de conferencias continúa hoy, martes 12 de diciembre, con la charla que ofrecerá Tomás Yerro Villanueva, a las 19.30 horas en la Sala de la Muralla del Palacio de Congresos y Auditorio Baluarte de Pamplona, que lleva por título “Literatura”.
