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El Centro de Recuperación de Fauna de Ilundain libera dos ejemplares de busardo ratonero heridos por disparos
viernes, 30 de marzo de 2007El macho presentaba 36 perdigones y seis huesos rotos, y la hembra una fractura cerca del codo
Imagen del busardo en la voladera.
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El Centro de Recuperación de Fauna Salvaje de Ilundain, dependiente del Departamento de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Vivienda del Gobierno de Navarra, liberará en los próximos días dos ejemplares de busardo ratonero que llegaron al centro con graves heridas producidas por disparos. Se trata de un macho y de una hembra; el macho presentaba en el momento de su ingreso 36 perdigones y seis huesos rotos; y la hembra tenía una fractura cerca del codo.
El pasado día 31 de diciembre fue entregado por el personal de Medio Ambiente al Centro de Recuperación de Fauna Salvaje de Ilundain un ejemplar de busardo ratonero (Buteo buteo) con signos de haber sido tiroteado. El animal presentaba varias heridas y hemorragias externas y tal y como se pudo confirmar mediante pruebas radiológicas, un total de 36 perdigones que habían provocado seis fracturas en diversos huesos: húmero, radio, cúbito, tibiotarso, carpometacarpo y falange de una pata.
Radiografía en la que se aprecian los perdigones.
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Los servicios veterinarios del Centro de Ilundain operaron tres de las fracturas mediante agujas de Kirschner, cerclajes y fijadores externos. Las otras fracturas, menos importantes, se resolvieron mediante distintos vendajes. Durante diez días hubo que estar alimentándolo con pinzas ya que era incapaz de utilizar sus garras para comer, pero a pesar de estar “acribillado” tenía muchas ganas de vivir y mejoraba día a día. Los técnicos del centro le han bautizado como “Crivillé”.
La hembra, “Maitetxu”, llegó desde Lodosa diez días más tarde pero su recuperación fue más rápida, ya que sólo presentaba una fractura más leve que se trató mediante un vendaje en “8”. Por eso coincidieron en el voladero, mientras recuperaban su condición física para poder ser liberados. Desde entonces son inseparables. Son observados a diario acicalándose mutuamente posados en la misma percha, a través de las cámaras de circuito cerrado que hay en la instalación. Ajenos a la oculta mirada de los cuidadores, sólo se separan cuando alguien entra al voladero vulnerando su intimidad. El personal del Centro de Ilundain ha decidido liberarlos en un punto intermedio entre Estella y Lodosa para que sean ellos mismo los que decidan permanecer juntos o retornar a sus antiguos nidos.
