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El consejero Catalán participó el domingo en la Fiesta de los Cincuenta Caballeros de Uncastillo (Zaragoza)
martes, 22 de julio de 2008Se conmemora la ejecución en el siglo X de cincuenta caballeros navarros de Uncastillo a manos de Almanzor, califa de Córdoba
El consejero Alberto Catalán, en unmomento de la celebración del domingo en Uncastillo.
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El consejero de Relaciones Institucionales y Portavoz del Gobierno, Alberto Catalán Higueras, participó el pasado domingo, en representación de la Comunidad Foral, en la recepción que el Ayuntamiento de Uncastillo (Zaragoza) ofreció a las autoridades aragonesas, navarras y andaluzas dentro del programa de actos de la Fiesta de los Cincuenta Caballeros.
La fiesta conmemora la matanza de cincuenta caballeros navarros, muchos de ellos uncastilleros, todos leales a su rey, Sancho Garcés II de Navarra, a manos de Almanzor, califa de Córdoba. Los hechos ocurrieron en el año 997, cuando la actual villa aragonesa pertenecía al Reino de Navarra y era uno de sus bastiones fronterizos.
Pese a que existía un pacto de no agresión entre el monarca navarro y el califa cordobés, Sancho Garcés II atacaba con frecuencia enclaves musulmanes. Como respuesta, Almanzor le plantó batalla en término de Uncastillo, de resultas de la que consiguió capturar a cincuenta caballeros navarros, que empleó como garantía para hacer cumplir el pacto de no agresión al rey navarro y, de paso, solicitarle el pago de mayores tributos.
Todo indica que durante tres años, en los que estos caballeros continuaron presos, se cumplió dicho pacto, pero una nueva escaramuza de Sancho Garcés II en territorio musulmán llevó a que Almanzor ordenara la ejecución, mediante decapitación, de todos los caballeros navarros capturados.
El Ayuntamiento de Uncastillo, desde 1997, milenario de los hechos, festeja este hecho histórico que pretende revivir en clave de hermanamiento entre los actuales pueblos herederos de los entonces protagonistas, Aragón, Navarra y Andalucía.
En el programa desarrollado durante el pasado fin de semana, para el que la localidad zaragozana se engalanó transportándose al siglo X, se pudo disfrutar de espectáculos como gigantes y cabezudos musulmanes y cristianos, titiriteros del Medievo, misa rociera a cargo de la Casa de Andalucía en Zaragoza y una versión teatralizada de la ejecución de los caballeros navarros.
