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El Gobierno de Navarra presta a Castilla-La Mancha un retrato de Fernando VII pintado por Goya
miércoles, 17 de diciembre de 2008El cuadro procede del Palacio de Navarra y forma parte de una muestra sobre el legado de la Guerra de la Independencia organizada en Toledo
Retrato de Fernando VII, obra de Francisco de Goya.
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Un retrato de Fernando VII que habitualmente se conserva en el Palacio de Navarra ha sido prestado para su exhibición en la exposición temporal “España 1808-1814. De súbditos a ciudadanos”, organizada en el Palacio de Santa Cruz de Toledo por la sociedad pública “Don Quijote de conmemoraciones culturales de Castilla-La Mancha, inaugurada ayer y que estará abierta al público hasta junio de 2009.
Con motivo de este préstamo, autorizado por resolución del director general de Patrimonio, se solicitó una restauración que ha sido financiada por la organización de la muestra y ha ejecutado el taller pamplonés ARTRES, restauración S.L., bajo la dirección del personal técnico del Servicio de Patrimonio Histórico, entre los meses de septiembre y noviembre de 2008. El presupuesto ascendió a 5.634,12 euros. Esta restauración ha mejorado el aspecto de uno de los Goya que posee Navarra, y ha puesto de manifiesto que su calidad es mejor de lo que se consideraba hasta ahora.
“Retrato del rey Don Fernando VII de España y III de Navarra”, obra de Francisco de Goya y Lucientes, está fechado en 1814. Se trata de un óleo sobre lienzo de 104 x 83,5 centímetros. En él, el monarca aparece de medio cuerpo, acompañado de los símbolos que señalan su estatus: corona real situada a su lado, bastón de mando ornado con los castillos y leones de las armas de España en la mano derecha y sable al cinto, del que sólo quedan restos de una empuñadura dorada. Sobre la casaca en seda color oro con flores azules, que cruza la banda azul y blanca de la Orden de Carlos III, lleva manto púrpura cuajado de lises dorados y forrado de armiño y collar con el toisón de oro.
El último tratamiento de conservación y restauración aplicado al lienzo ha revelado que la pintura ha tenido un importante cambio en la composición y ha sufrido varias intervenciones que han perjudicado la calidad del retrato. En origen el manto no ceñía al soberano, sino que se abría a ambos lados de la figura del monarca. La obra fue reentelada, el fondo pintado de negro y en la parte inferior se colocó la inscripción que reza Fernando III de Navarra y VII de Castilla. En la actualidad, con los craquelados en círculos concéntricos característicos de la producción de Goya, se aprecia el fondo gris sobre el que se recortaba el rey en origen, y se puede admirar la pincelada, suelta hasta la impresión, de este artista, especialmente patente en el cuello, las mangas y el toisón de oro, según señalan los especialistas.
