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Declaradas Bien de Interés Cultural quince piezas de platería consideradas de singular relevancia lunes, 22 de junio de 2009

Se trata de diez cruces procesionales, tres arquetas relicario, un evangeliario y un incensario


Evangeliario de Roncesvalles

Evangeliario de Roncesvalles. ( ampliar imagen )

Dentro de la campaña de protección de piezas de platería consideradas de singular relevancia, el Gobierno de Navarra, ha declarado en su sesión de hoy, Bien de Interés Cultural diez cruces procesionales, tres arquetas relicario, un evangeliario y un incensario.

Las cruces procesionales son las de las siguientes iglesias y parroquias: la Expectación de Nuestra Señora de Munárriz, Ibiricu (Egüés), la Inmaculada de Errea (Esteríbar), Santas Nunilo y Alodia de Sarasibar (Esteribar), San Cipriano de Isaba, San Pedro de Abaurrea Alta, San Román de Zunzarren (Lizoáin), San Esteban de Roncal, Colegiata de Santa María de Roncesvalles y San Andrés de Epároz (Urraúl Alto).

Se trata de cruces procesionales correspondientes a la Baja Edad Media y el Renacimiento. La abundancia de este tipo de piezas viene explicada por ser un elemento fundamental en el culto y por ello está siempre presente en el ajuar parroquial. Desde antiguo presiden el culto para lo que se colocan próximas al altar cuando se ofrece la misa, a la vez que abren el paso en las procesiones identificando a la parroquia a la que corresponden. La riqueza en la ornamentación solía ser indicativo de la importancia de la iglesia o santuario al cual pertenecía. Adoptan forma de cruz latina de cuatro brazos con el inferior más largo y terminan a veces en unas expansiones para recibir mayor adorno. La decoración que empieza siendo gótica incorpora en el siglo XVI un repertorio mucho más abundante con motivos propios del lenguaje renacentista.

Las arquetas relicario son las de las iglesias de San Martín de Urzainqui, Colegiata de Santa María de Roncesvalles y San Gregorio Ostiense de Sorlada. La arqueta desde la Edad Media sirvió fundamentalmente de relicario para custodiar los restos de los mártires, los objetos de su martirio, así como bienes sagrados que merecían veneración. Las primeras arquetas se construyeron en madera y se acabaron enriqueciendo con planchas de plata dorada. Con el paso del tiempo fueron adoptando diversas formas.

Asimismo, se declaran Bien de Interés Cultural un evangeliario de la Colegiata de Santa María de Roncesvalles del segundo cuarto del siglo XIII y un incensario renacentista de la Parroquia de la Purificación de Induráin (Izagaondoa).

Las tapas del evangeliario de la Colegiata de Santa María de Roncesvalles, cuyo estilo refleja el tránsito entre el románico y el gótico, se datan en el segundo cuarto del siglo XIII. Estas tapas protegen y ennoblecen el texto de los evangelios, y suman a su valor artístico el histórico, dado que sobre él juraban el cargo los nuevos priores y en alguna ocasión también juraron los reyes de Navarra en su consagración.

El incensario es una pieza firmada por un platero de Sangüesa, perteneciente al Renacimiento del último cuarto del siglo XVI, utilizado para quemar incienso en determinadas celebraciones religiosas. El brasero circular decorado con gallones se cubre con una tapa calada que se permite la salida del humo perfumado, y todo ello pende de varias cadenillas que facilitan su manejo.


Gobierno de Navarra

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