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El calor y la falta de humedad condicionan el desarrollo del girasol y el maíz forrajero martes, 28 de julio de 2009

Por el contrario, el tiempo estable está permitiendo ultimar la recolección de cereales en secano y de vegetales en regadío


Campo de girasol

El calor y la falta de humedad condicionan el desarrollo del girasol. ( ampliar imagen )

Las altas temperaturas y la falta de humedad de los últimos días está “perjudicando” el desarrollo de los cultivos de verano en secano, según recoge el informe semanal sobre la situación del campo (correspondiente al período comprendido entre el 17 y 24 de julio) que elabora el departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra.

En el caso del girasol (Cuenca de Pamplona y Pirineos), el informe señala que “el buen potencial se puede ver claramente condicionado”, porque el cultivo se encuentra entre la plena floración y el llenado de pipas, un momento “muy exigente” en cuanto a necesidades hídricas. Similar situación se da con el maíz forrajero (Ultzama, Larraun, Arakil), donde tras “unas buenas nascencias, el desarrollo vegetativo se va a ver truncado por la falta de humedad”.

El ambiente bochornoso también repercute en la actividad ganadera, ya que la oferta vegetativa de los pastos y praderas se está viendo “limitada” en muchas zonas por la ausencia de precipitaciones y el calor, una circunstancia que está incrementando los costes de producción.

Por el contrario, el tiempo estable está permitiendo ultimar la recolección de cereales en secano. El informe señala que se puede dar por concluida, salvo en algunas parcelas puntuales de trigo, la recogida de cereales y leguminosas. A su vez, se van ultimando los enfardados de paja en las zonas más septentrionales del área cerealista y, en las cooperativas, se empieza a hacer balance de la campaña, mientras se procede a la selección y posterior certificación de las diferentes variedades de cereal para la próxima siembra.

Cultivos de regadío

Los cultivos de regadío también se están viendo beneficiados por la ausencia de precipitaciones. En Falces ya ha finalizado el arranque del cultivo tradicional de ajo. La falta de incidencias sanitarias destacables durante la campaña ha favorecido la obtención de cabezas “muy sanas, aunque su tamaño sea algo escaso”. Los rendimientos se pueden cifrar entre los 7.000 y 8.000 kilogramos por hectárea.

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