El origen del problema

En su origen, el templo se ideó de una sola nave pero hubo un cambio durante la ejecución de las obras y se decidió modificar la idea inicial y levantar un templo de tres naves. La nave central, de estilo gótico, se diseñó muy alta y esbelta. Pero esta altura se había conseguido llevando la solución estructural de contrarrestos al límite y los problemas debieron de aflorar desde el primer momento.

En 1557, con motivo de la muerte del entonces Mariscal del Reyno, don Pedro III de Navarra, su hermano y arzobispo de Valencia, don Francisco de Navarra, a la vista del mal estado del templo, encargó un peritaje que concluyó que lo más aconsejable era derribarlo, dado su deterioro tan acusado, y construir otro nuevo en la zona del Arenal (Los Llanos).

Pero los parroquianos se negaron y dio comienzo un largo pleito que no se resolvió hasta 1650. La propuesta de demolición y nueva construcción no prosperó, pero previamente, en 1609, se había desmontado la bóveda gótica de la nave central. Durante más de cien años el templo permaneció sin bóveda, protegido únicamente con una cubierta de madera y teja que quedaba a la vista desde el interior. Fue en 1734 cuando se construyó la actual bóveda de la nave central, de ladrillo.

Como ya se ha indicado con anterioridad, la restauración ha tenido un carácter integral. A continuación, se detallan las actuaciones más importantes realizadas en los distintos elementos.

Actuaciones en cubiertas y fachadas

Tanto las cubiertas de teja del templo como las estructuras que las soportaban estaban en mal estado, con problemas de filtraciones del agua de lluvia. Además, la cubierta enmascaraba la volumetría escalonada primitiva de las naves con tres cubiertas en niveles distintos.

En la restauración, se ha desmontado la estructura de madera de la cubierta de la nave central y se ha sustituido por otra nueva de madera laminada. Igualmente, el muro perimetral de la fachada de la nave central se ha sobreelevado en torno a un metro para independizar la cubierta central respecto de los laterales y permitir una mejor visión de los restos góticos (ventanales, pilastras, capiteles y pinturas murales) que se han hallado. Asimismo, la reconstrucción de la cubierta de la nave lateral sur ha permitido recuperar parcialmente los ventanales góticos de la nave principal localizados bajo esta cubierta.

Las obras también han comprendido las reformas de las cubiertas de la sacristía y de la capilla de San Andrés, y de la torre. En este último elemento, cabe mencionar la intervención especial realizada en las siete campanas. Éstas se han limpiado y reparado, recuperando los yugos de madera, que habían sido sustituidos a mediados del siglo XX por unos metálicos que aumentaban la vibración reduciendo su vida útil y perjudicando su acústica.

Finalmente, se ha intervenido en la portada románica norte para eliminar las antiguas reconstrucciones de mortero de cemento que dañaban la piedra, reparar pérdidas volumétricas de la piedra, y eliminar problemas de colonización biológica y oxidación.

Interior del templo

La restauración del interior se ha realizado en dos fases (abril 2010-febrero 2011 y abril 2011-mayo 2012).

En la primera, las principales actuaciones han comprendido la protección de los bienes muebles fijos del interior del templo, la excavación arqueológica del interior, la realización de las canalizaciones de las instalaciones de calefacción por suelo radiante y de abastecimiento eléctrico y de agua, así como el estudio de los paramentos verticales y bóvedas, con especial atención en las distintas capas pictóricas murales.

De este conjunto de trabajos, cabe destacar los resultados de la excavación arqueológica, que han confirmado el uso sepulcral del templo con abundantes enterramientos datados del siglo XV al XVIII. Pero sobre todo ha permitido descubrir la cripta funeraria de los Mariscales de Navarra, de la que existía constancia documental, y que se ha hallado en el anteábside de la capilla mayor.

En la segunda fase, las obras se han centrado en los revestimientos de muros y bóvedas, vidrieras, pavimentos, carpinterías, así como en elementos singulares del templo: el coro alto y la capilla de San Andrés. Los trabajos han incluido también la renovación de las instalaciones técnicas.

En lo que se refiere a los revestimientos, se ha optado por distintas soluciones. Así, por ejemplo, en el ábside lateral norte y en parte del muro de la nave lateral sur se han dejado a la vista las pinturas barrocas y medievales, respectivamente, halladas durante la restauración. Del resto, en la mayor parte se ha optado por dar una nueva capa pictórica, haciendo despieces que imitan sillares de piedra. Finalmente, en determinadas zonas los muros se han dejado sin revestir con mortero de yeso,

Por su parte, los trabajos en las vidrieras, que datan del final del XIX y comienzos del XX, han consistido en la limpieza de los vidrios, la reposición del emplomado dañado, y la reintegración cromática del dibujo y de las grisallas perdidas con el objetivo de recuperar la correcta lectura del conjunto.

También se han colocado cinco vidrieras nuevas, allí donde faltaban, compuestas motivos geométricos.

En lo relativo al coro alto, se ha instalado una nueva balaustrada de roble y se ha construido una nueva escalera de acceso, mientras que en la capilla de San Andrés se han recuperado las pinturas barrocas que cubrían sus muros y se han restaurado el retablo y la reja que cierra la capilla.

De la restauración de las carpinterías, cabe citar los trabajos de recuperación efectuados en las puertas exteriores de la portada románica norte, en la del lado sur y en la de acceso a la sacristía, mientras que se han sustituido las puertas de acceso al claustro y a la torre.

Las obras se completan con la implantación de nuevas instalaciones de electricidad, iluminación, megafonía, seguridad, telefonía, mecanización de campanas y de protección contra el rayo, además de la calefacción por suelo radiante.

Mobiliario y bienes muebles

El mobiliario y los bienes muebles han sido también objeto de restauración. Entre los primeros, cabe citar los bancos de pino, reclinatorios y confesionarios, así como el mobiliario fijo, armarios y mesa de la sacristía, mientras que en el presbiterio se ha instalado un nuevo altar.

Finalmente, cabe señalar que se han restaurado en talleres especializados los bienes muebles de valor histórico y artístico. Son 24 lienzos y tablas pictóricas, 9 tallas y 5 retablos. Además se han restaurado in situ el retablo de la capilla de San Andrés, la sillería del coro, el órgano, el facistol, los púlpitos, la pila bautismal y las pilas de agua bendita.

Visitas teatralizadas

Con motivo de la reapertura de San Pedro de la Rúa, el Departamento de Cultura, Turismo y Relaciones Institucionales ha organizado visitas guiadas teatralizadas en Estella, que llevan el nombre “Burgos y Fortalezas en la Estella Medieval”.

Las visitas tendrán como punto de encuentro la explanada de la Iglesia de Santa María Jus del Castillo y continuarán por la visita al interior del templo para después seguir por la Rúa de los peregrinos, el Palacio de los Reyes de Navarra y terminar en la Iglesia de San Pedro de la Rúa y su claustro.

Estas visitas, que tendrán una duración de una hora y cuarto, se realizarán los fines de semana del 30 de junio y 1 de julio, el del 7 y 8 de julio y el del 14 y el 15 de julio a las 18:30 horas, en grupos de 50 personas. Las visitas tendrán un precio de 3 euros para adultos y de 1 euro para los niños y las entradas estarán a la venta en las Oficinas de Turismo de Estella, Pamplona y Tudela.

La Iglesia de San Pedro de la Rúa es una de las 19 paradas que realiza la Ruta de los Castillos y de las Fortalezas de Navarra. Este nuevo recorrido histórico y cultural descubre la Historia de Navarra de norte a sur y permite conocer algunos de los lugares y monumentos más importantes de la Comunidad Foral.