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El Gobierno de Navarra edita la obra “El monasterio cisterciense de Tulebras” en la colección Panorama
jueves, 27 de septiembre de 2012


Escrito por Mª Josefa Tarifa, analiza la historia, la arquitectura, el arte y la vida cotidiana de este monasterio en el que se estableció, en 1157, la primera comunidad del cister femenino de la península


Imagen de la portada. ( ampliar imagen )

El Gobierno de Navarra ha editado el número 43 de la colección Panorama, titulado ‘El monasterio cisterciense de Tulebras’, escrito por Mª Josefa Tarifa Castilla. El precio de este número es de 9 euros y se distribuye en los canales habituales de venta de las publicaciones del Gobierno de Navarra.

Perteneciente a la Merindad de Tudela, en pleno valle del río Queiles se alza el monasterio de Tulebras, origen del cister femenino peninsular desde su establecimiento en 1157. Ubicado junto a las casas que conforman la localidad de Tulebras, el monasterio de Santa María de la Caridad ha mantenido sin interrupción la vida monástica desde entonces.

La autora muestra la historia de este cenobio, explicando la formación de sus dominios y las circunstancias de la construcción del complejo monástico, la crisis de la fundación cisterciense en el siglo XIV ante la excesiva relajación de la Regla; su renacimiento material, espiritual y artístico durante los siglos de la Edad Moderna, con la reparación y edificación de nuevas dependencias y encargos artísticos; los siglos de estabilidad (XVII y XVIII), las pérdidas producidas con la desamortización y la instauración de la vida en común con la renuncia a los peculios particulares, la recuperación de las normas cistercienses y su adhesión a la orden de los trapenses. Se cierra el recorrido con una referencia a la comunidad actual integrada por veintiuna religiosas, que se mantiene gracias a la granja avícola, a la hospedería y al obrador de pastas de té. Las colmenas de abejas complementan también la economía de la abadía.

Un segundo capítulo está destinado a la fundación de cenobios filiales a Tulebras, a través de los cuales se iban difundiendo las órdenes monásticas. Los cenobios filiales se mantendrían unidos a la “casa madre” para siempre. En este sentido, desde este cenobio navarro se extendió la rama cisterciense femenina por toda la península ibérica, al fundarse otros seis monasterios de la orden en la segunda mitad del siglo XII. Tuvieron que pasar ocho siglos para que Tulebras volviese a fundar otro cenobio, en este caso en Latinoamérica en Esmeraldas (Ecuador), donde se instituyó el monasterio de Santa María de la Esperanza.

Austeridad y simplicidad

El capítulo tres está dedicado al arte y la espiritualidad, y se inicia con el análisis de la arquitectura de los monasterios cistercienses, en los que se refleja una estética de simplificación y desnudez que pretende transmitir los ideales de la orden: silencio, contemplación, ascetismo y pobreza. La austeridad y simplicidad que impregnan todas las actividades de la orden se trasladan a su actividad constructiva y también a las manifestaciones artísticas. El claustro sirve de nexo a las distintas dependencias. En las horas libres, las monjas lo emplean como espacio para pasear, leer o meditar. La iglesia es el escenario en torno al cual gira la vida del monasterio.

Antiguamente, de acuerdo a la Regla de San Benito, los templos monacales de la orden, y también sus dependencias, carecían de cuadros o esculturas para evitar distracciones. En Tulebras y en otros monasterios benedictinos, las dependencias son las que requiere una vida cisterciense orientada al servicio litúrgico, el trabajo manual y la escucha de la Palabra de Dios. Las iglesias de los monasterios femeninos cistercienses eran bastante más pequeñas que las de los masculinos, como acontece en Tulebras, de dimensiones más reducidas que los templos de los monasterios de Fitero, la Oliva e Iranzu, o el aragonés vecino de Veruela, ya que sus comunidades religiosas solían ser menos numerosas y sus recursos también más limitados. Por ello, fue habitual edificar templos de una sola nave, como el de Tulebras. La autora analiza los planos, los elementos de la iglesia abacial y otras dependencias.


Nota de prensa:

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Gobierno de Navarra

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