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El Servicio Jesuita de Refugiados obtiene el III Premio Internacional Navarra a la Solidaridad
martes, 02 de diciembre de 2003El Servicio Jesuita de Refugiados ha obtenido el Premio Internacional Navarra a la Solidaridad, promovido conjuntamente por el Gobierno de Navarra y Caja Laboral.
El galardón, que cumple este año su tercera edición, tiene por objeto reconocer y difundir la labor voluntaria de personas y entidades, a favor de los sectores sociales y los países más desfavorecidos y, de esta forma, sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de dicha labor. El premio, que se entregará en la primavera del próximo año 2004, está dotado con 26.000 euros, además de una reproducción escultórica de una obra de Jorge Oteiza, y un diploma. El jurado del premio ha estado presidido por Ignacio Ramonet, y como vocales han intervenido Reyes Berruezo, consejera de Bienestar Social, Deporte y Juventud; Miguel Angel Argal, presidente de Medicus Mundi; y Alfonso García Liberal, director de Caja Laboral.
Junto con el galardonado han sido seleccionados los siguientes cinco finalistas: Padre Baldo Santi Lucherini; la fundación sudafricana Steve Biko; Amnistía Internacional; People in Need (ONG checa), y Reina Matilde Barahona González, fundadora de la Organización de Mujeres Santa Marta, de Ecuador.
En su primera edición, el galardón recayó en Muhammad Yunus, el denominado "banquero de los pobres" y creador del sistema de microcréditos en los países en vías de desarrollo, mientras que en la segunda edición, el premio fue obtenido por la Congregación de las Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta.
El Servicio Jesuita a Refugiados
La candidatura del Servicio Jesuita a Refugiados (conocido internacionalmente como JRS) fue presentada por la Fundación Alboan. El inicio de su labor se remonta a 1980, cuando fue fundado por el Pedro Arrupe, entonces Padre General de la Compañía de Jesús, con el fin de atender las necesidades de la población refugiada en el mundo. En las siguientes dos décadas, han estado presentes en las principales crisis humanitarias mundiales, tales como desplazamientos forzosos de población entre Vietnam, Camboya, Laos y Tailandia; crisis alimentarias en Etiopía y Sudán; o emergencias en Grandes Lagos, Balcanes, Mozambique, Angola o Timor.
En este tiempo ha extendido su ámbito de competencia. Por un lado, a la población refugiada se ha unido la atención a las poblaciones desplazadas en el interior de un país y, por otro lado, a la atención de sus necesidades básicas se ha añadido un importante componente de protección internacional y de divulgación acerca de los derechos reconocidos internacionalmente de estas poblaciones
El Servicio Jesuita a Refugiados da cobertura a casi 400.000 personas al año. Más de 500 personas (voluntarias en su mayoría) trabajan junto con los propios beneficiarios en los diferentes proyectos de educación formal e informal; de ayuda de emergencia; de ayuda alimentaria y de salud básica; programas productivos generadores de ingresos; de servicios sociales a los colectivos más vulnerables, y de defensa legal de derechos humanos.
Entre los reconocimientos internacionales a su labor, desarrollada en la actualidad en más de 54 países de todo el mundo, destaca el Internacional Catholic Migration Council, el "Juan María Bandrés", y el Champion of Peace, todos ellos en el 2001. Asimismo, ese mismo año, recibió el estatus consultivo del ECOSOC (Consejo Económico y Social) de Naciones Unidas.
Bases del premio
Según se estipula en las bases que regulan el premio, éste tiene por objeto destacar y reconocer la tarea llevada a cabo por personas, entidades, asociaciones y organizaciones no gubernamentales, en cualquiera de los ámbitos orientados a satisfacer las necesidades básicas de las personas y de las familias, mediante acciones sociales, culturales, económicas, técnicas o de defensa de los derechos humanos, durante un plazo de tiempo ininterrumpido de, al menos, tres años.
A este premio podía optar cualquier persona física o cualquier entidad e institución sin ánimo de lucro, en la que la mayoría de sus componentes sean voluntarios. Las propuestas pueden ser presentadas desde las instituciones públicas (gobiernos, ministerios, ayuntamientos, universidades, academias, centros de investigación, embajadas, consulados, etc) de cualquier país, así como entidades educativas, culturales, sociales, ONG o cualquier otra entidad legalmente reconocida.
A la hora de valorar las candidaturas, el jurado ha tenido en cuenta de forma especial los siguientes criterios:
-Inserción prolongada, a lo largo de los años, de la entidad o de la persona candidata, en programas dirigidos a cualquier estrato de la sociedad: niños, jóvenes, adultos y mayores.
-Relevancia de la labor desarrollada por la entidad o persona propuesta.
-Personal voluntario con el que cuenta la entidad.
-Aportación de la entidad o persona a la realización de los objetivos de los programas de cooperación en los que participa.
-Posibilidad de que el proyecto continúe en el futuro.
