Aunque la depresión puede darse en cualquier etapa de la vida, la mayor incidencia de la depresión se da entre los 15 y 45 años, y afecta en un 70% más a las mujeres que a los hombres.
La depresión en los niños está cada vez más extendida. Puede obedecer a diversas causas y desencadenarse a partir de episodios importantes en la vida del niño.
El embarazo y el posparto son etapas vitales de la mujer con un mayor riesgo de aparición de depresión debido a las alteraciones hormonales sufridas.
En la tercera edad, la aparición de cuadros depresivos viene caracterizada por la existencia de situaciones estresantes asociadas a la edad como enfermedad física, incapacidad funcional, dependencia, escasa o nula percepción de control sobre el dolor y la salud física, problemas de sueño y problemas de memoria y atención. A nivel social, viudez, pérdida de familiares y/o amigos, falta de apoyo social, déficit de recursos económicos.