La depresión puede ser un síndrome (conjunto de síntomas) o una enfermedad, que se encuadra dentro de los trastornos del humor o la afectividad, y sus principales síntomas son:
A menudo, la depresión se asocia a otras enfermedades mentales, especialmente a la ansiedad, o al consumo abusivo de alcohol u otras sustancias, o incluso a otras enfermedades orgánicas, y las personas con depresión presentan tasas elevadas de enfermedades (morbilidad), cronicidad y mortalidad.
El mecanismo por el que se produce la depresión no se conoce al completo. Sin embargo, numerosos estudios han encontrado que muchos de sus síntomas se pueden deber al descenso de los niveles o de la disponibilidad de varios neurotransmisores en el cerebro, entre los que destaca la serotonina. De hecho, la mayor parte de los medicamentos utilizados para tratar la depresión ejercen su efecto incrementando la disponibilidad de este y otros neurotransmisores en el cerebro.
Se cree que la combinación de factores constitucionales (predisposición genética, personalidad,…) y ambientales (estrés, asilamiento social, consumo de alcohol y drogas,…) hacen que una persona sufra una disminución de los niveles de estos neurotransmisores, desarrollando una depresión.