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El rendimiento de la campaña cerealista en Navarra es similar al del año pasado y superior al de la media histórica
martes, 05 de agosto de 2008Este dato se ha hecho público en una jornada en Olite en la que también se ha destacado que el coste de los fertilizantes se multiplica por 2,5 respecto a los precios de 2006
Un momento de la jornada celebrada en Olite.
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La campaña cerealista que acaba de terminar en Navarra presenta unos incrementos de rendimiento del trigo blando (2%) y de la cebada (5%), respecto a la media histórica. Así se constata en un informe elaborado por el Instituto Técnico y de Gestión Agrícola (ITGA), en el que también se indica que los rendimientos de ambas especies de cereales han sido similares a los del año pasado dentro del conjunto de la Comunidad Foral. Estos datos han sido hechos públicos en una jornada desarrollada en EVENA (Olite), inaugurada por el director general de Desarrollo Rural, Jesús María Echeverría Azcona, y en la que se han abordado temas relativos a las perspectivas del sector cerealista, la escalada de los costes de producción y las novedades más significativas para la próxima siembra de otoño.
El mencionado informe del ITGA, cuyo director gerente Javier Sanz Villar ha participado en dicha jornada, indica también que la campaña cerealista que se acaba de cerrar ha estado marcada por una climatología excepcional que se caracteriza por los siguientes fenómenos. en primer lugar, hay que recordar que el periodo que siguió a la siembra destacó por una prolongada sequía que produjo grandes dificultares para la implantación de los cultivos.
Balas de paja de cereal en Dicastillo.
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Sin embargo, la primavera resultó extremadamente lluviosa, lo que en principio constituyó un factor favorable para las cosechas, pero también provocó el rebrote de malas hierbas que dificultó la recolección en muchas parcelas. A todo ello hay que añadir la presencia de enfermedades tales como el “mal de pie” y la “septoria”, que han llegado hasta la espiga y han originado pérdidas importantes en el rendimiento.
También han originado pérdidas de cosechas enfermedades de cuello y raíz (fusarium, mancha oval, rizoctonia y pie negro), que han sido frecuentes, especialmente en trigos sembrados tras trigo. Todo ello se ha traducido en pérdidas muy significativas de cosecha y granos asurados. Por el contrario, los trigos sembrados tras avena o tras cultivos alternativos como girasol, colza o leguminosas, se han visto mucho menos afectados por estas enfermedades.
Por otra parte, las enfermedades foliares, especialmente “septoria” también se dispararon durante la pasada campaña a causa de las frecuentes lluvias de la primavera. Concretamente, “septoria” y “fusarium” llegaron a contaminar las espigas y produjeron pérdidas superiores en algunos casos al 10% de la cosecha. Las mayores afecciones se registraron en trigos, en los secanos frescos y en los regadíos. Las aportaciones de fungicidas realizadas permitieron recuperar parte de estas pérdidas.
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