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El consejero Corpas visita las obras de consolidación de las ruinas del castillo de Tiebas miércoles, 12 de agosto de 2009
Entre los años 2006 y 2008 se ha acondicionado la parte central del conjunto y se ha consolidado la mayor parte del edificio
Castillo de Tiebas.
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Desde las guerras carlistas el castillo de Tiebas se ha mantenido en estado de abandono y ruina hasta bien avanzado el siglo XX, en el que fue declarado Bien de Interés Cultural por el Ministerio de Cultura e inscrito en el Registro General del Patrimonio Histórico Español el 6 de octubre de 1995. En 1998 se adjudicó mediante concurso público la redacción del Plan Director de recuperación y puesta en valor del conjunto palaciego de Tiebas. Este programa, con un plazo de ejecución de cinco años, se vio paralizado a partir de 1999. El año 2005 el Ayuntamiento de Tiebas-Muruarte de Reta adquirió la propiedad del conjunto y retomó el proyecto de recuperación del castillo-palacio.
Entre los años 2006 y 2008 se ha acondicionado para la visita la parte central del conjunto, se ha limpiado la bodega y se ha consolidado la mayor parte del edificio, además de haberse llevado a cabo una serie de exploraciones arqueológicas que han permitido descubrir los restos de la puerta de acceso, el enlosado del patio y partes del edificio de las cocinas.
Los representantes del Gobierno y del Ayuntamiento, durante la visita a Tiebas.
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El programa de trabajo para este año 2009 contempla las acciones siguientes: reconstrucción de los contrafuertes dañados, culminación de la consolidación del edificio, documentación arqueológica del ala donde se halla la bodega, instalación de iluminación en derredor del edificio principal, redacción del proyecto de rehabilitación de la bodega (para ejecutar en 2010), y redacción del Plan Director de restauración y puesta en valor de todo el conjunto.
Las ruinas del castillo-palacio de Tiebas se encuentran en un pequeño altozano. Se trata de un punto de control de uno de los pasos tradicionales para la comunicación de la capital del reino con la mayor parte de sus tierras, al Sur y al Oeste, por lo que Teobaldo II decidió levantar allí su residencia.
Las investigaciones históricas sobre el castillo-palacio de Tiebas se iniciaron en 1846 aunque no fue hasta finales del siglo XX cuando se emprendieron acciones concretas.
La arqueología ha permitido descubrir que la colina ocupada por el edificio medieval sirvió anteriormente como lugar de habitación de una comunidad en la Edad del Hierro (1.200-200 antes de Cristo). Sus únicos vestigios son fragmentos de cerámicas y de molinos de mano, ya que el poblamiento debió ser destruido por la construcción del castillo-palacio.
Teobaldo II (1253–1270), monarca de la dinastía francesa de Champaña, erigió de nueva planta este conjunto para tener una residencia real, con alojamientos adecuados para el funcionamiento de una estructura cortesana y administrativa, ya que Pamplona, la capital del reino, era un señorío episcopal donde los reyes no poseían un palacio de su propiedad. El conjunto se componía de dos recintos en forma de terrazas superpuestas.
Tiebas sirvió de residencia real desde el siglo XIII hasta el XIV. Residieron en este castillo temporalmente, además de Teobaldo II, su hermano y sucesor Enrique I (1271, 1272, 1274) y Carlos II que habitó en el lugar entre 1371 y 1372. Sin embargo, esta sede real había ido perdiendo importancia desde principios del siglo XIV, por el peso creciente del poder real en Pamplona, donde el obispo había cedido el señorío al rey en 1319.
Tiebas, que siempre estuvo al cuidado de un alcaide nombrado y pagado por el rey, sirvió además en el siglo XIII para custodiar parte del tesoro del reino, y en el XIV como depósito del archivo de la Cámara de Comptos, del archivo real y de algunos documentos del obispado navarro. También fue utilizado como prisión para algunos opositores, de la facción castellana, que habían participado en la rebelión de la Navarrería (1276). Este conjunto construido por Teobaldo II fue destruido en 1378 por las tropas castellanas comandadas por Pedro Manrique y quedó abandonado.
Del conjunto construido en el siglo XIII solo sobrevivió a la destrucción de 1378 la parte más sólida, sus muros maestros, en tanto que su interior, construido en madera y yeso, fue arrasado. En torno al año 1445, Juan II de Aragón, rey de Navarra, mandó reconstruir el conjunto y confió su cuidado a Juan de Beaumont, prior de la Orden de San Juan de Jerusalén en Navarra. Desde ese momento pasó a pertenecer a la familia Beaumont y más tarde, mediante alianzas matrimoniales, a la Casa de Alba. Los nuevos propietarios repararon el edificio e instalaron en él un alcaide; el primero de ellos, Sancho de Erviti, fue nombrado en 1450.
De las obras de rehabilitación efectuadas no se sabe mucho, al menos hasta que no se excave arqueológicamente todo el conjunto. En cuanto a su interior, las evidencias arqueológicas indican una decoración con yeserías, pinturas y otros elementos ornamentales, propios de un edificio dedicado más a la residencia que a otro tipo de utilidades.
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