La iniciativa reunirá información concreta, pegada a los acontecimientos, con nombres y apellidos, y con el contexto adecuado, para después ordenarla y editarla de forma atractiva, de modo que quede constancia de cómo ha sido el día a día de los últimos cincuenta años. Habrá una cronología extensa, entrevistas personales a víctimas y testigos, y fotografías de todos los hechos relevantes. El material se organizará en bloques temáticos, aunque manteniendo un cierto orden cronológico.

Equipo coordinado por el periodista Javier Marrodán

Para llevar a cabo la investigación se creará un equipo de cuatro personas. El coordinador será el periodista Javier Marrodán Ciordia, que trabajó durante casi veinte años en Diario de Navarra (desde 1988 hasta 2007). En ese tiempo escribió muchas informaciones relacionadas con el terrorismo y con las víctimas. Hizo además su tesis doctoral sobre la historia de ETA en Navarra. Y es también autor de un libro que recoge un capítulo del terrorismo en Navarra, ‘Regreso a Etxarri Aranatz’ (2004). En 2008, por encargo de la Fundación Tomás Caballero, preparó la exposición y el libro “40 días rojos”, que son un recorrido por los atentados mortales de ETA en Navarra. En la actualidad es profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, en el Departamento de Proyectos Periodísticos de la Universidad de Navarra.

Colaborarán con él tres periodistas jóvenes y se pedirá colaboraciones puntuales a personas que han vivido de cerca los acontecimientos del pasado reciente o que han investigado sobre ellos. El equipo empezará a trabajar el 1 de septiembre de 2012. El contenido del libro (texto y fotografías) estará terminado antes de la primavera de 2014.

Para elaborar ese relato, el equipo que va llevar a cabo la investigación se servirá de varias fuentes: entrevistas con algunas de las personas que han sufrido más directamente la violencia; sentencias sobre los distintos crímenes perpetrados por ETA en Navarra; hemeroteca y bibliografía; imágenes que han ido tomado durante estos años la mayor parte de los profesionales de la fotografía que han trabajado en Navarra; y las diligencias efectuadas por las Fuerzas de Seguridad del Estado con ocasión de algunos acontecimientos destacados (atentados, detenciones, etc).

De junio de 1960 a octubre de 2010

El proyecto se inicia en un momento histórico, cuando por primera vez desde hace cincuenta años, en Navarra, en el País Vasco y en España no hay unas personas que matan a otras por el hecho de pensar de manera distinta, y con la intención de no cerrar en falso este capítulo de la historia reciente de la Comunidad Foral.

La primera víctima mortal de ETA fue la niña Begoña Urroz Ibarrola, que murió en la estación donostiarra de Amara el 27 de junio de 1960, al estallar un artefacto oculto en una maleta. La actividad criminal de ETA impuso una presión creciente al conjunto de la sociedad navarra y acabó con la vida de cuarenta personas, decenas de heridos, daños materiales incalculables, etc.

El proyecto incidirá en el hecho de que el ejercicio de la violencia no se ha limitado a las bombas o a la pistolas; ha habido intimidación soterrada o pública a quienes pensaban de otra forma en ayuntamientos, colectivos culturales, asociaciones, centros de enseñanza, comunidades de vecinos o fiestas patronales, con consecuencias como ocultar opiniones, vivir protegidos por escoltas, miedo, etc. El relato también recordará que hasta el comunicado de octubre de 2010 en el que anunciaba el cese de la 'lucha armada', ETA había extorsionado además a empresarios y profesionales, secuestrado a empresarios, alterado el funcionamiento de las instituciones e hipotecado la convivencia de toda una sociedad.

El proyecto reconoce que es “imposible” cuantificar los daños personales, sociales y materiales que ha causado el terrorismo en Navarra, pero estima “oportuno dejar constancia del pasado reciente, antes de que el tiempo o algunas versiones interesadas y parciales empiecen a diluir la gravedad de lo ocurrido”. “Los ciudadanos del futuro deben tener presente que durante demasiados años hubo quienes consideraron justificado matar a los que no pensaban como ellas. La muerte de tantas personas sólo tendrá sentido si la paz se construye sobre cimientos sólidos, sin traicionar la memoria y los ideales de los que fueron asesinados”, defiende la iniciativa del Gobierno de Navarra.