Desde el año 2007, el suicidio se sitúa en Navarra como la primera causa no natural de defunción. No se observa un incremento en el número de suicidios desde el inicio de la crisis económica. De hecho, el peor año de la serie histórica es 2007, con una media de 10,3 suicidios por cada 100.000 habitantes.

En Navarra, durante la última década han muerto cada año por suicidio entre 41 y 62 personas, de las que la mayoría eran varones. Además, según la Organización Mundial de la Salud, se calcula que hay entre 10 y 20 intentos de suicidio por cada fallecimiento de este tipo.

De las 48 personas muertas por suicidio en Navarra en 2012, 39 eran varones y 9 mujeres. Según el rango de edad, 14 tenían entre 50 y 59 años, 11 entre 40 y 49, 7 entre 30 y 39, y 6 más de 80 años. El grupos de edad con menor número de suicidio fueron los menores de 29 años, con 2 fallecidos.

Funciones de la comisión

La comisión interinstitucional creada por el Gobierno de Navarra propondrá acciones preventivas de las acciones suicidas entre las que se incluyen la sensibilización de la población y la formación de profesionales y determinados agentes sociales.

Por otra parte, coordinará y supervisará la ejecución de las actuaciones previstas en el protocolo y el establecimiento de los mecanismos de coordinación previstos en él para dar respuesta a las situaciones de riesgo detectadas y mejorar la atención de las personas que han llevado a cabo un intento de suicido y de sus familias y entornos.

Otras funciones de esta comisión serán evaluar el protocolo, revisarlo anualmente y establecer un sistema de seguimiento de la incidencia de las conductas suicidas.

Contenidos del protocolo

El protocolo de colaboración interinstitucional aprobado por el Gobierno de Navarra pretende reducir y evitar, en la medida de lo posible, las muertes y tentativas de suicidio. Asimismo, persigue mejorar la respuesta ofrecida a quienes demandan ayuda, la detección y seguimiento de los casos de riesgo y la atención a las familias y entorno.

Para ello propone una serie de actuaciones y procedimientos basados en la prevención, la intervención, el seguimiento y la coordinación, así como en la formación de los profesionales y la coordinación de los departamentos de Interior, Educación, Salud y Políticas Sociales.

El documento, tras clarificar los conceptos relacionados con el suicidio y ofrecer una serie de datos comparativos sobre esta realidad en Navarra, proporciona una descripción de los factores asociados con la conducta suicida y un marco legal y ético.

Seguidamente, profundiza en las actuaciones realizadas ante el suicidio por el sistema de salud, los centros educativos, los servicios sociales y los cuerpos que atienden emergencias en Navarra, así como por otras entidades como el Teléfono de la Esperanza. Asimismo, ofrece mecanismos de coordinación y comunicación entre ellos.

Finalmente, se centra en el programa de formación para los profesionales implicados con la atención de las personas con conductas suicidas y establece un sistema de seguimiento y evaluación de las medidas recogidas en el propio documento.

Consejos para informar del suicidio

El protocolo también incluye un capítulo con recomendaciones a los medios de comunicación, para que informen adecuadamente sobre los suicidios para prevenirlos. Algunos de estos consejos son evitar detalles explícitos sobre el método empleado, huir de explicaciones simplistas de las causas, no revelar el contenido de cualquier nota de despedida o no ofrecer la información desde un perfil romántico o melodramático.

También se recomienda a los medios de comunicación que respeten el derecho a la privacidad y el dolor de las personas implicadas, así como que faciliten en sus informaciones los datos de contacto de los recursos para ayudar a las personas con ideas suicidas.

Para dar a conocer estas recomendaciones, el Gobierno de Navarra organizará una sesión formativa para periodistas para el próximo otoño en la que se abordará el tratamiento informativo de los suicidios.

Motivos del suicidio

Cabe destacar que el suicidio nunca es consecuencia de un único motivo, sino que confluyen en él una serie de factores de riesgo, precipitantes y protectores. Entre los primeros destacan los trastornos mentales, los factores psicológicos o los intentos previos de suicidio, así como eventos vitales estresantes, el efecto contagio, el acceso fácil a armas, medicamentos y productos tóxicos o historias de maltrato físico, abuso sexual o acoso por parte del grupo de iguales (especialmente en la adolescencia).

Entre los factores precipitantes se encuentran los acontecimientos vitales estresantes que pueden desencadenar un suicidio. Algunos de ellos pueden ser las rupturas sentimentales, la viudedad, la pérdida del empleo, el aislamiento social o la humillación.

Por último, como factores protectores, se conoce a aquellos que disminuyen la probabilidad de la conducta suicida ante la presencia de factores de riesgo. Algunos tienen que ver con características psicológicas como la habilidad en la resolución de conflictos, la autoconfianza o la facilidad para las relaciones sociales; y otros con factores sociales y medioambientales como el apoyo familiar y social o la integración de valores positivos, religiosos y espirituales.

Mitos sociales y solicitud de ayuda

El protocolo elaborado por el Gobierno de Navarra "cuestiona algunos mitos sociales a cerca del sucidio que impiden afrontar con eficacia este problema de salud pública", según el director general de Política Social y Consumo. Algunos de ellos son que preguntar a una persona si está pensando en suicidarse le puede incitar a ello, que quien expresa su deseo de acabar con su vida nunca lo hará o que quien quiere suicidarse no lo dice.

Mariano Oto también ha hecho un llamamiento a aquellas que estén ideando un suicidio para que soliciten ayuda en su centro de salud, en los servicios sociales de su localidad, en su centro educativo, en el teléfono de emergencias del 112-SOS Navarra o en el Teléfono de la Esperanza (948 243 040 o 902 500 002).